Ir en auto a Florianópolis

Nunca fue motivo de duda cómo llegar a Florianópolis. Desde que miré precios de vuelos y el valor era superior a lo que me costaba el conjunto «viaje en auto + alojamiento + algunos gastos extras», no quedaban dudas que era en auto el viaje. Además, ¿cuando estás allá como te movés sin auto?, claro, podes alquilar uno, pero sigo sumando gastos.

Revisando opciones vi que lo mas común desde Buenos Aires es ir a Brasil por 3 caminos principales. Vía Paso de los Libres-Uruguayana, vía Santo Tome-Sao Borja y vía Uruguay por alguno de los cruces que hay en Entre Ríos.

Difícil elegir cualquiera, conozco distintas personas que hicieron los distintos caminos y nadie me hizo comentarios particularmente negativos de cada uno, así que medio fue una ruleta mezclado con ver dónde me convenia parar en el medio del trayecto.

Como a través del canje de puntos del Santander había un hotel en Sao Gabriel por el cual no tenía que pagar nada, tanto a la ida como a la vuelta, decidí tomar la ruta que va a Paso de los Libres y cruzar a Uruguayana para seguir camino desde ahí hasta Porto Alegre y luego Florianópolis.

Esa ruta, saliendo desde Buenos Aires, Lope de Vega y General Paz mas precisamente, requirió hacer 1777 km para llegar a nuestro alojamiento en el extremo norte de Ingleses. En tiempo fueron 2 días, pero si hablamos de tiempo neto de viaje deben haber sido no menos de 24 horas. Aclarando que yo viajo muy tranquilo.

El camino en promedio está en condiciones aceptables aunque en algunos tramos las condiciones son menos que aceptables.

Comenzando desde Buenos Aires, el trayecto General Paz, Panamericana y ruta 9 hasta Zárate transcurre bien, el camino está en buen estado. A partir de Entre Ríos en la ruta 12 y 14 luego comienzan a intercalarse algunos tramos con huella de camiones marcadas en mayor o menor medida.

Algunos tramos en Corrientes (e incluso en Entre Ríos) tienen una huella demasiado marcada, al punto que parece que vas a raspar el auto en el centro del carril. Esto obliga a circular por la vía rápida que no es lo que debería pasar.

Especial mención para el tramo de alrededor de 1 km antes de la aduana argentina en Paso de los Libres. Este tramo de ruta esta vergonzosamente DESTRUIDO, a tal punto que los camiones generan trafico porque tienen que circular a velocidades tan bajas que se forman filas de autos atrás. Los que pueden pasan por «banquinas», que no son tales, generadas junto a la ruta por los mismos conductores para intentar destruir un poco menos el auto o hacer un poco mas rápido el trayecto. Es una vergüenza que una ruta internacional tan importante se encuentre en este estado.

Luego se cruza el puente sobre el rio Uruguay que nos deja en Uruguayana. Este puente tiene el asfalto tan destruido como la ruta que comenté mas arriba, pero acá no hay escapatoria. Los camiones cruzan muy lento por el pésimo estado de la ruta, pero los autos no pueden escapar por ninguna banquina y hay que esperar con paciencia.

Una vez en Brasil pasamos por el control migratorio y bueno, como no hay indicaciones de parar y de hecho nadie te detiene yo seguí de largo pensando que el control estaría mas adelante. Pero al encontrarme en el centro de Uruguayana me di cuenta que algo no estaba bien. Así que volví hasta la aduana, estacione y entré a ver cómo era el trámite.

En migraciones solo pidieron los DNI de los 4, aunque me presenté solo yo lo cual habla de lo fácil que es pasar controles fronterizos. ¿Cómo saben que realmente los dos menores que estaba llevando eran los que decía el documento? ¿cómo saben que estaba llevando dos menores realmente y no mas sin declararlos? En fin, después pasan las cosas que pasan. Finalmente una vez superada la instancia de migraciones, que duró no mas de 5 minutos y en todo el proceso el empleado que me atendió no me dijo una sola palabra, seguimos viaje por la ruta 290 rumbo a Sao Gabriel, donde íbamos a dormir.

La ruta entre Uruguaya y Sao Gabriel tiene sus cuestiones. Algunos tramos están bien pero otros están mas o menos, con el asfalto roto o con huella de camión. Para sumar problemas la señalización es mala en general, tanto en el asfalto como en la cartelería, no hay carteles que indiquen curvas por ejemplo.

Además la ruta atraviesa una región bastante ondulada lo cual hace que, mientras vamos subiendo una cuesta atrás de un camión, no podamos ver si viene alguien del otro lado para hacer un sobrepaso. Esto hace que el viaje se alargue bastante.

Durante el día todo esto no representa una gran complicación, pero de noche la cosa cambia bastante. El simple hecho de no tener señalizada las curvas hace que al adelantar a otro vehículo, sobre todo si son dos o mas camiones, no pueda saber si mas adelante la ruta sigue recta o habrá que doblar.

Ni hablar del estado de la ruta que obliga a reducir la velocidad para evitar pasar sobre pozos. Y bueno, eso es lo que me pasó de hecho, aunque no era un pozo. La huella de los camiones abre dos surcos en el asfalto pero, como si este fuese una masa maleable, se forman pequeños montículos de asfalto a los costados. Algunos bastante altos. Era ya de noche y cuando vi uno de esos montículos era tarde para maniobrar, así que le di de lleno y rompí una cubierta. Literalmente la rompí, no se pinchó, se rompió.

Inevitablemente tocó parar al costado del camino, poner balizas y cambiar la rueda en medio de la campiña brasilera y de noche.

Pasado el mal momento, llegamos a Sao Gabriel y acá otro punto a tener en cuenta, dónde hacer la parada intermedia para pasar la noche suponiendo que hagamos el viaje en dos tramos como en mi caso.

Si bien no lo controlé, Google Maps dice que desde Buenos Aires a Sao Gabriel hay unos 970 km, es decir prácticamente la mitad del total de km hasta Florianópolis. El hecho de haber llegado a la mitad y haber superado la frontera hace que, para mi, Sao Gabriel sea un buen destino para finalizar el primer tramo. A eso le sumo que hay varios hoteles, uno de ellos muy lindo con parque acuático incluído (Hotel San Isidro). Eso si, tener en cuenta que si es solo para pasar la noche quizás no convenga porque, salvo que la salida de Buenos Aires sea MUY temprano, seguramente la hora de llegada no va a permitir disfrutar demasiado de pileta o parque acuático.

Nosotros nos quedamos en el Hotel Marechal, ubicado a unos 200 metros de la ruta y que elegí porque pude canjear las dos noches de alojamiento, a la ida y a la vuelta, con puntos Superclub del Santander. Además, el hotel tenia calificaciones bastante buenas y en definitiva era solo para dormir.

Resultó ser buena elección, si bien es un hotel muy austero, también esta muy prolijo y limpio. Tiene aire acondicionado, restaurante y el desayuno buffet esta incluido a pesar de que no es el mejor desayuno que vayas a tomar en un hotel. Digamos que en mi opinión el hotel cumplió mas que bien su cometido.

El segundo día nos levantamos no muy temprano y como justo en la esquina del hotel había un centro de servicio Goodyear quise aprovechar para comprar una cubierta y tenerla de auxilio. Ah pero era juuusto Dia de Muertos y parece que en Brasil es feriado y estaba todo cerrado. Así que a seguir el viaje sin rueda de auxilio.

La ruta después de Sao Gabriel continua mas o menos igual, con las mismas falencias. La situación mejora indudablemente cuando la ruta se convierte en autovía con dos carriles por mano, pero esto sucede solo unos pocos kilómetros antes de llegar a Porto Alegre.

A partir de ahí, es todo autovía hasta Florianópolis así que se facilita bastante el manejo de este tramo que por suerte es el último.

Si bien hay radares de velocidad en todos los tramos por los que fui, sobre todo a partir de Porto Alegre hay mucha presencia de radares en el camino. Así que mi recomendación, o al menos lo que hice yo, es tener alguna app que indique la presencia de los mismos. Aunque en todos los casos hay carteles que los señalan, lo mejor es mantener una velocidad de 100 km/h que es la máxima permitida.

Me queda la duda de que pasa si me hacen una multa, ¿me harán pagar al volver en migraciones? ¿quedará archivada por si alguna vez vuelvo a Brasil?. La verdad no se.

Respecto de los combustibles, en las estaciones de servicio de Brasil hay esta equivalencia:
–Gasolina: nafta súper.
–Gasolina aditivada: la (nafta) «premium’
–Etanol: etanol (ni se te ocurra cargarlo si tu auto no lo admite).
–Diesel 10 o diesel 500: en general todas las estaciones tienen dos tipos de diesel según la concentración de azufre. El 10 es el que menor concentración tiene y es el que cargué en todo el viaje.

Releyendo un poco el post me parece que me quedó poco atractivo el tema de viajar en auto a Brasil sobre todo por el estado de las rutas, pero la verdad es que mas allá de lo que me pasó con la rueda no me pareció para nada complicado. Simplemente las precauciones habituales, manejar con cuidado y listo. Ir en auto vale la pena por el hecho del ahorro importante que se hace sobre el avión y el eventual posterior alquiler de un vehículo, así que volvería a ir en auto sin dudarlo. Solo intentaría no tener que manejar muchas horas de noche, sobre todo en el tramo de Brasil entre la frontera y Porto Alegre.

Por todo lo demás, ir en auto es un si rotundo. Y con respecto a la cubierta rota, busqué un centro Pirelli en Florianópolis (ya tenía visto algunos porque iba con la idea de cambiar al menos 2 cubiertas), pedí presupuesto por Whatsapp y me hice una escapada un día para hacer el cambio. En vez de cambiar 2, cambié las 4 por el precio que en Argentina hubiese pagado 1 cubierta y media. El lugar se llama Campneus, hay varias sucursales y la web es https://www.campneus.com.br/.