Crítica: Hollóköves Vendégházak (o el alojamiento de Holloko)
Después de irnos de Barcelona y llegar a Hungría podríamos haber tomado el auto en el aeropuerto de Budapest e irnos directamente hasta la ciudad de Eger, que era nuestro siguiente destino. Sin embargo, como sabía que íbamos a tener un viaje algo cansador, chicos de por medio, preferí/mos hacer una escala en Budapest o en algún lugar muy cerca.
Encontré a Holloko en alguna web que hablaba de ciudades tradicionales húngaras y me pareció lo suficiente linda (muy linda) y cercana a Budapest (menos de 100 km) para utilizarla como escala de descanso.
En este pequeño pueblo hay varias opciones para alojarse, incluído un bastante lujoso hotel ubicado apenas en las afueras llamado «Castellum Hotel Hollókő«, con excelentes criticas y servicios pero con consecuente precio.
Por supuesto no es ahí a donde fuimos. Entre las alternativas encontré una posada que ofrecía casas enteras en el mismo casco histórico del pueblo a un precio mas o menos razonable y también con muy buenas criticas. Negocio redondo.
Terminamos contratando a través de Booking.com en Hollóköves Vendégházak
A continuación mi crítica sobre el hotel.
Datos de contacto:
Web: http://hollokoves.hu/
Direccion: Hollókő, Kossuth u. 50, 3176 Hungría
Alojamiento contratado y fecha:
Una noche a fines de agosto de 2018, casa completa de tres ambientes compuesta por habitación con baño en primer piso y en planta baja cocina, segunda habitación y baño. Desayuno incluído en el restaurante que forma parte del complejo y que se ubica a unos 150 metros de la casa. u$s 160 por noche.
Ubicación:
El hotel/posada/hostería o como quiera llamarse, se divide entre lo que podríamos llamar «la administración», que se ubica en la rotonda central del pueblo y funciona también como restaurante y lugar para desayunar, y las casas para alojamiento, que se encuentran a unos 150 metros dentro del casco histórico. Esta última ubicación no es un dato menor. No se puede ingresar libremente con el auto hasta la casa porque la zona está vedada al tránsito salvo para residentes o huéspedes. Entonces al hacer el check in nos abren la valla móvil que hay en la calle y recién ahí podemos pasar.
Dado que el pueblo es muy chico no hay mucho para decir acerca de la ubicación, estamos en el centro del pueblo y en una de sus calles mas pintorescas. A pocos metros está la fotogénica iglesia, el museo, una panadería y un restaurante, además del que mencioné antes.
Saliendo un poco, ya con el auto, estamos a 5 minutos del castillo. También hay senderos para hacer el recorrido caminando a través del bosque y, en caso de contar con tiempo y ganas, yo recomendaría llegar al castillo de esta forma.
Servicios:
En el precio está incluido el wifi (que funciona en el restaurante, pero no recuerdo si llegaba a la casa), desayuno y poco más. Nada más de hecho. No hay servicios extra como pileta, sauna (¿qué cosa?) ni nada de eso. Por supuesto está incluida la provisión de toallas y ropa de cama como en cualquier hotel.
En la cocina se encuentran elementos para cocinar, desde microondas y heladera hasta cafetera eléctrica pasando por distintos utensilios de cocina. Es un lugar en el que se puede permanecer varios días. Solamente habría que buscar alguna despensa donde comprar, porque no vi ninguna en esa parte del pueblo.
En el predio donde se ubica la casa hay bastante espacio que podría usarse como cochera, pero no es necesario dado que el auto se puede dejar en la misma calle.
Atención del personal:
No tengo mucho para aportar al respecto, el trato que tuvimos fue poco pero siempre amable. En la noche del día que llegamos quisimos ir a comer a alguno de los lugares del pueblo, pero no calculamos que en esta parte del mundo la cena se hace a las 19:00 como tarde. Así que cuando llegamos a las 20:00 para cenar ya estaba todo cerrado. Todo excepto un bar, al que entramos a consultar si tenían algo para comer. La única persona del lugar que podía hablar alguna palabra en inglés nos ofreció lo único que tenía disponible: un paquete chico de snacks y una bebida. Pero muy amablemente llamó por teléfono a otros dos bares cercanos (de otro pueblo) para ver si alguno de ellos aún estaba abierto para poder ir a comer. Y por supuesto que no lo estaban. Ese fue nuestro máximo trato con los residentes de Holloko.
Habitaciones:
La casa está construida en dos plantas. Abajo se encuentra la cocina y una habitación y baño y en la superior hay una habitación con otro baño.
Las habitaciones son grandes, amplias y tienen mas que suficiente lugar. Como se suele ver en distintos hoteles, las camas eran dos individuales colocadas una junto a la otra para formar una cama grande. Esta solución no es la que mas me gusta, aunque se repite en gran cantidad de alojamientos. Aún así, las camas fueron muy cómodas.
No hay aire acondicionado, aunque probablemente no sea necesario en esa zona y con respecto a la calefacción había radiadores bastante grandes, los que hacen pensar en el crudo invierno de estas latitudes.
El resto de los ambientes también son amplios y cómodos. Los baños están bien equipados con una única critica a la ducha, que no tiene ni cortina ni vidrio ni nada que evite mojar todo el piso al bañarse. La cocina tiene todo el equipamiento necesario para cocinar y comer ahí mismo y, obviamente, cuenta con heladera.
Comida:
El desayuno estaba incluido en el precio y se sirve en el restaurante que también es la administración del hotel. El mismo se encuentra a unos 150 metros de la casa. No es tipo buffet si no a la carta. Además de fiambres, pan y mermeladas el resto de las opciones incluyen huevos en distintos formatos. Jamón con huevos duros, huevos revueltos con panceta, huevos fritos con no se qué, huevos tal cosa con tal otra…. Y así.
Como comenté antes, la casa tiene cocina y también hay varias opciones en el pueblo para comer en restaurante. Eso si, hay que ir no mucho mas tarde de las 18:00 porque después de las 19:00 ya todo comienza a cerrar o ya está cerrado.
Lo bueno:
-La relación precio/calidad resultó apenas aceptable. El alojamiento me gustó pero no es barato.
-La casa/habitación fue muy cómoda, aunque la escalera para acceder a la planta alta siempre es un riesgo con chicos pequeños.
-La ubicación es muy buena, en pleno casco histórico del pueblo
Lo malo:
-El wifi no alcanzaba a la casa.
-El precio es un poco elevado, aun siendo un lindo lugar.
-El desayuno no ofrece gran variedad, aunque por lo que ví creo que está bien para las costumbres locales.
Veredicto: Holloko me pareció un pueblo muy pintoresco y me alegro plenamente de nuestro paso por allí. Dicho esto, el precio del alojamiento, que es uno de sus puntos flojos, queda bastante justificado. Sumado esto a sus comodidades, tenemos un destino y un alojamiento que sin dudas son para recomendar.
Para quién si:
Quienes buscan lugares que salen un poco de lo tradicional, sin tampoco por esto entender que estamos en algo sumamente excéntrico. Quienes viajan con familia numerosa y quieran alojarse en una zona donde reina la tranquilidad.
Para quién no:
Turistas en busca de un alojamiento con más servicios o de mayor categoría. Quienes busquen un hotel tradicional.