Dos atracciones sin salir del aeropuerto de Budapest
Tenia pensado ir a las dos, pero en el momento distintas cuestiones me hicieron imposible visitar las dos atracciones que ofrece el Aeropuerto de Budapest. Ambas son particularmente interesantes para quienes gusten de los aviones.
La primera de ellas se encuentra apenas saliendo del aeropuerto, detrás de uno de los estacionamientos. Es el Aeropark Budapest, un museo de aviación donde se encuentran expuestas aeronaves utilizadas, muchas de ellas, por la extinta linea aérea húngara Malev. La exposición no es demasiado grande pero incluye aviones Tupolev, Illyushin, Jakovlev y, por lo que vi, algún helicóptero (el MIL MI-2, según la web).
En algunos de estos aviones es posible subir e incluso sentarse en el cockpit (al menos ví fotos de gente que lo hizo), lo cual hace mas interesante aún la visita. También hay un simulador de vuelo que puede ser utilizado por los visitantes.
La entrada cuesta ft. 1900 para adultos y ft. 900 para niños de más de 3 años. Mas info en la web oficial, que está en húngaro.
La otra atracción del aeropuerto es la terraza de observación que se encuentra en la terminal 2A. Si se dispone de algo de tiempo es un lindo pasatiempo poder mirar aterrizar y despegar aviones desde un puesto elevado de observación y hacer un poco de spotting también (acá se puede ver una imagen 360° desde Google Maps). Tal como informa la web del aeropuerto, la entrada a la terraza tiene un costo de ft. 500 (lo cual es bastante poco).
Como mencioné al principio, tenia intenciones de visitar el museo luego de devolver el auto que alquilamos, ya que la devolución era en el mismo aeropuerto, y la terraza quería visitarla durante la espera para nuestro vuelo a Londres. Ocurrió que al devolver el auto los chicos ya estaban muy cansados y se había hecho un poco tarde (habíamos llegado desde Bratislava) y al viajar a Londres salimos de la terminal 2B. Deberíamos haber caminado hasta la otra terminal para acceder a la terraza pero, nuevamente, el agotamiento y fastidio de los chicos hicieron mas difícil este proceso. Lo positivo es que tengo dos motivos (como mínimo) para volver a Budapest.