Visita a la Casa Rosada
A principios de junio de este año recibí un mensaje por Facebook de una prima lejana (nada vinculado a los Auténticos Decadentes) de Australia en el cual me contaba que iba a venir a Buenos Aires con su novio en el mes de septiembre.
Cuando suceden estas cosas me doy cuenta de lo poco que conozco turísticamente la ciudad en la que vivo. Así de sorpresa no tengo un itinerario para recorrer con alguien que viene de visita, desconozco muchos lugares clásicos de Buenos Aires. Un poco me avergüenzo de mi mismo.
Pasaron las semanas y ahí estaba yo, sin tener muy claro dónde llevarlos. Súbitamente recordé haber visto alguna vez que se podía visitar la Casa Rosada. Me pareció un buen plan, mas aún sabiendo que yo sería el primero de mi familia que los pasaría a buscar y llevaría a recorrer la ciudad. Luego iríamos a Caminito en La Boca, un lugar al que nunca había ido. Es decir, tanto ellos como yo lo visitaríamos por primera vez.
La visita a la Casa Rosada comienza en internet. No se puede ir directamente y entrar, hay que sacar un turno y registrar los datos de quienes vayan. La web donde hacer este tramite es https://visitas.casarosada.gob.ar/
De acuerdo a la cantidad de visitantes seleccionada, aparecerán las fechas en color rojo o verde según haya o no cupo disponible. Incluso en caso de haber lugar en una determinada fecha, hay que seleccionar en que horario hacer la visita, y nuevamente puede ocurrir que no haya lugar en el horario que mas nos conviene. Por este motivo es conveniente hacer la reserva con la mayor anticipación posible (hasta 15 días antes).
Las visitas guiadas se pueden hacer en español, inglés y portugués. La mayor cantidad de cupos es para las visitas en español, como es esperable, así que en caso de buscar una guía en otro idioma con mas razón hay que hacer la reserva con tiempo.
En mi caso, como mis parientes hablaban únicamente inglés, decidí reservar la visita en ese idioma. Incluso sabiendo que quizás me perdería algo.
El ingreso a la Casa Rosada se hace por la entrada que da sobre la Plaza de Mayo, allí hay una persona que controla las entradas y los documentos. Otro dato importante es no olvidar el documento con el que se hizo el registro de las personas, lo piden al ingresar y no se si permitirían el ingreso en caso de no tenerlo.
Superado el primer control se pasa por un detector de metales y ya estamos dentro de la casa de gobierno. Nuestra guía era una chica muy joven que hablaba en inglés a toda velocidad. El inglés hablado me cuesta un poco, sin embargo pude entenderle casi todo en la medida que le prestara atención. Aunque si hubiese hablado un poco mas despacio le hubiese entendido más.
La visita transcurre en distintos despachos y salones y uno de los primeros lugares a donde se llega es al Patio de las Palmeras que se ve desde el primer piso. Luego se sigue avanzando hasta pasar por los despachos del presidente y vice presidente. Estas dos oficinas son las únicas a las que no se puede fotografiar ni acceder. Solo pueden verse desde afuera.
Un lugar clásico de la Argentina. La vista desde el balcón presidencial, lugar que vio pasar décadas de historia.
La visita concluye en la Galería de los Bustos Presidenciales luego de alrededor de una hora. Desde este lugar se sale a uno de los laterales de la Casa Rosada, el que da sobre la avenida Rivadavia, quedando concluído el tour.
Si no recuerdo mal, este es el salón de prensa.
El paseo me gustó, no puedo decir que me encantó porque sentí que lo hacen muy «apurado». Por un lado se cuenta toda la historia de cada lugar muy rápido, y por otro lado vamos de oficina en oficina medio a las corridas. Quedarse a sacar dos fotos es perder al grupo. Por ejemplo, el paso por el balcón presidencial es muy fugaz y hay que apurarse a sacar fotos antes de que te digan que hay que continuar con la visita. Incluso pensé (y esto era una idea mía únicamente quizás) que se iba a mostrar la famosa terraza desde la cual el entonces presidente Fernando De La Rua escapó en helicóptero en 2001, pero no. Ni siquiera se menciona.
Por último, vale decir que la visita es completamente gratuita y no, no hay (o no vi al menos) un lugar que venda souvenirs dentro del edificio.
El Patio de las Palmeras en la parte final del recorrido.